1 árbol x 1 libro

una iniciativa de Editora Educación Emergente en colaboración con cuidadorxs alrededor del archipiélago

Un árbol, dicen, es un libro abierto, un hálito de vida. 

Los mejores libros aspiran a ofrecer versiones siempre inacabadas del árbol de la vida. 

Pero es del árbol que proviene el papel palpado en cada libro. Por eso, un libro jamás será un árbol, pero debe, aunque sea con mínimos gestos, intentar reciprocarle. 

En medio de la espantosa crisis climática global, y de sus agudas manifestaciones en esta colonia nuestra, y junto a cuidadores de los árboles, de la tierra, de las semillas, de las islas, de la vida, Editora Educación Emergente se compromete, en un pequeño esfuerzo de reforestación, a sembrar un árbol endémico o nativo puertorriqueño por cada título que publique a partir de este anuncio. 

Les cuidadorxs en nuestro registro se comprometen, a su vez, a acompañar la vida del o los árboles a su cargo, que llevarán el nombre del libro que representan. EEE se compromete, también, a compartir con sus comunidades lectoras documentación a futuro del crecimiento de cada árbol-libro. 

¡Gracias por apostar a la vida!

Si tú o tu organización quiere unirse a nuestro registro de cuidadorxs, escribe a Beatriz Llenín Figueroa a beatriz.llenin@editoraemergente.com

#LiberaTuLectura 

PRIMERO: El Jobo x Los ojos de Juan Pantaleón

Finca Tres Caminos, barrio Bateyes, Mayagüez

“Después dicen que otros, habiendo ido a pescar, fueron presos por el Sol, y se convirtieron en árboles que ellos llaman jobos […]” –Fray Ramón Pané, Relación acerca de las antigüedades de los indios

En la lluviosa mañana otoñal del 4 de noviembre de 2022, sembramos en la Finca Tres Caminos, ubicada en el barrio Bateyes de Mayagüez, el primer árbol como parte de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la roja, densa tierra de arcilla en el campo mayagüezano acoge con amor y lombrices el Jobo que sembramos en honor al relato Los ojos de Juan Pantaleón, escrito e ilustrado por el artista puertorriqueño Rafael Trelles. El propio Trelles escogió el Jobo, recordándonos su potencia ancestral en la región antillana.

Sandra y Toño, agricultorxs y cuidadorxs de la Finca Tres Caminos, recibieron el Jobo con canela, cal, composta, guano y cáscaras de huevo trituradas. Nuestras manos e intenciones completaron la siembra. El Jobo de Juan Pantaleón y de su madre, Martina de Luna Alvarado, comienza su viaje. Crece. Vive. Alberga secretos de futuro. 

SEGUNDO: La Ceiba x El otro camino: la historia de un pequeño ñu

Finca Nido, barrio Bauta Arriba, Orocovis

“La ceiba, como la palma real, es el árbol más característico de la Isla [se refiere a Cuba] y el árbol sagrado por excelencia. […] Prueba de ello [es] que los elementos desencadenados la respetan: no la abate, no la desgaja el huracán más fiero, no la fulmina el rayo. […] ¿Talar una ceiba? ¡Qué atrocidad! La ceiba ni se corta ni se quema. […] ‘La ceiba es un santo: Iroko.’ […] Mi centenaria amiga matancera, Addié, todas las mañanas se encomendaba a la ceiba, ‘porque para vivir hay que contar con el favor de la madre ceiba todopoderosa’.” –Lydia Cabrera, El Monte (149-50)

En el último día del año 2022, Odette y Jaime sembraron en la Finca Nido, ubicada en el barrio Bauta Arriba en Orocovis, el segundo árbol, La Ceiba, como parte de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Dedicaron La Ceiba a Iné, cría recién nacida, diciendo: “Una Ceiba como espacio perenne que nos teje de generación en generación, que a sus pies guarda tu placenta y en su sombra cobijará un espacio donde podrás escaparte y encontrarte.” 

Desde entonces, la tierra ombligo de nuestro archipiélago acoge con amor y lombrices La Ceiba sembrada en honor al relato para niñes de todas las edades El otro camino: la historia de un pequeño ñu, de la escritora costarricense Ileana Contreras Castro e ilustrado por el artista Álvaro Borrasé.

Odette y Jaime escogieron La Ceiba, nativa de nuestra región centro y antillano-americana, de la que también emerge El otro camino. Además de ser el árbol nacional de Guatemala, en toda la región se considera sagrada a la ceiba a partir del conocimiento ancestral maya, que bien entendía sus majestuosas ramas en dirección a los cuatro puntos cardinales como sostén del universo. Nuestra afrocaribeñidad comparte la misma convicción, la misma devoción, como consigna Lydia Cabrera en su clásico estudio de 1954, El Monte. Así, La Ceiba del ñu Werevu comienza con él su viaje “hacia otra dirección,” aquella de quienes “nos hicimos preguntas y por eso debimos abandonar nuestras manadas.” La Ceiba crece. Vive. Alberga secretos de futuro. 

TERCERO: El Corazón x Deudas coloniales: el caso de Puerto Rico

Finca Tamarindo, Cabo Rojo

El 20 de febrero de 2023, Iris y Aixa sembraron en la Finca Tamarindo, ubicada en Cabo Rojo, el tercer árbol, El Corazón, de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la árida y revolucionaria tierra de Betances y los salineros acoge El Corazón sembrado en honor a las luchas emancipatorias contra el régimen de deuda colonial e histórico estudiado –y denunciado– en Deudas coloniales: el caso de Puerto Rico, de Rocío Zambrana, traducido al español por Raquel (Roque) Salas Rivera y acompañado por el arte contestatario y callejero de Bemba PR. 

“Organizar el pesimismo es trabajar desde las condiciones concretas que componen la actualidad. Es apostar por lo posible a partir de lo real. Lo contrario del pesimismo no es el optimismo, es la esperanza.” Tras citar este pasaje del libro, Iris cuenta que, “por eso, llamaremos a este árbol de corazón, Esperanza.”

Nativo del Caribe y Centroamérica, y perteneciente a una amplia familia de delicias tan dulces como aromáticas y nutritivas, entre las que destacan la guanábana y el anón, el árbol del Corazón ya se reconoce como pantropical. El fruto nos ofrece múltiples vitaminas, así como potasio y magnesio. Para la Naturaleza informa, además, que “el polvo de las semillas sirve como insecticida,” y que se obtiene fibra de la corteza y un hermoso tinte negro o azul de las hojas y las ramas. 

El Corazón llamado Esperanza comienza así su evolución en conjunto con las “interrupciones subversivas” contra la deuda y a favor de otra vida para nuestro país. El Corazón Esperanza crece. Vive. Alberga secretos de futuro. 

CUARTO: El Ortegón x Luisa Capetillo: escalando la tribuna

Local de Ciudadanos en Defensa del Ambiente, Arecibo

El 20 de febrero de 2023, varixs compañerxs de la organización Ciudadanos en Defensa del Ambiente (CEDDA) sembraron junto al local de CEDDA, ubicado en la carretera 681 en Arecibo, el cuarto árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra costera y kárstica de Luisa Capetillo acoge El Ortegón sembrado en honor a su vida, su escritura, su tribuna, su lucha. 

Editado por Nancy Bird-Soto y traducido por Amy Olen, el Libro Libre Luisa Capetillo: escalando la tribuna, que publicamos a finales de 2022, compila los textos Ensayos libertarios y La humanidad en el futuro de la anarquista, sindicalista y feminista arecibeña en una edición bilingüe para más amplio alcance en las diásporas boricuas. Como parte de nuestra serie Otra escuela, el libro constituye también un valioso texto escolar, anotado y con una sección de preguntas de análisis. Búscalo en la sección de Libros Libres en nuestra tienda digital para descarga gratuita. Estamos distribuyendo la limitada tirada impresa en bibliotecas y entre organizaciones de base comunitaria en Puerto Rico. 

El Ortegón, árbol endémico del este de nuestras islas, se considera, como Capetillo en su momento, una especie rara, y ha sido listada como en peligro desde los años setenta. Vale la pena citar la descripción del árbol que hizo el entomólogo puertorriqueño José A. Mari Mut en su bitácora digital Ediciones digitales tras observar sus inusuales características: “Tres son las características principales: su tronco delgado que sube espigado hasta los 30 pies de altura con ninguna o muy pocas ramificaciones, sus hojas arrugadas y muy duras, tanto así que muchas personas al tocarlas concluyen que son artificiales, y particularmente su inflorescencia terminal en forma de un largo rabo rojizo. […] Coccoloba rugosallama la atención en cualquier lugar donde se ve. A mí me cautivó con su peculiar belleza una tarde gris en Cayey, bajo una llovizna que produjo el singular contraste entre un cielo pálido y un rabo carmesí.”El Ortegón comienza así su afirmación del movimiento a ritmo lento. El Ortegón crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

 

QUINTO: La Grosella x Lila: cimarrona de les arbumanes

Proyecto Guayabacherry, Finca Loma Linda, Mayagüez

El 19 de abril de 2023, Gema Adrover Ruiz y Proyecto Guayabacherry en la Finca Loma Linda, ubicada en Mayagüez, sembraron el quinto árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra roja de la altura colindante con Las Marías acoge La Grosella sembrada en honor a la diversidad e imaginación cimarronas de Lila y sus creaciones.

Escrito por Beatriz Llenín Figueroa e ilustrado por Noa Dimedetti, Lila, cimarrona de les arbumanes es un relato para la niñez tardía, la temprana adolescencia o cualquier edad de la inocencia. Lila, que ha escogido su propio nombre, contempla las maravillas de su entorno y se deleita comiendo pana hervida y aprendiendo sobre la región caribeña. Mientras, nos envuelve en su asombro y pasión por el estudio, la diversidad, la naturaleza, el arte y la imaginación. Apoyada por su familia diversa –la maravillosa abuela Bo y sus dos mamás, quienes están, aunque se hayan ido–, Lila logra cambiarlo todo. 

Atada a la historia de tránsitos cimarrones en el Atlántico y, específicamente en el Caribe, que informa el relato de Lila, La Grosella, según explica Cruz Miguel Ortiz Cuadra –nuestro recientemente fallecido estudioso de sabores y cocinas caribeñas–, “tiene su origen [según creen los expertos] en la inmensa isla de Madagascar, y […] se llevó a Indonesia, Vietnam del Sur y Laos, desde donde pasó a Malasia y a las Indias Orientales. Las expediciones imperiales inglesas en búsqueda de plantas para diversificar la flora alimenticia de sus colonias esclavistas les condujeron hasta Timor, desde donde la trajeron a la isla de Jamaica en 1793. De aquí, gradualmente se diseminó por el archipiélago caribeño y el Caribe Continental, posiblemente llevado por los botánicos europeos que tanto exploraron y sistematizaron –con fines de poder– la flora caribeña en la época de la Ilustración.”La Grosella comienza así otra iteración de sus viajes isleños, afirmando siempre la primavera y sus dulces frutos. La Grosella crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

SEXTO: El San Bartolomé x Crudo 69: piezas selectas de un año de escritura salvaje

Proyecto Guayabacherry, Finca Loma Linda, Mayagüez

El 19 de abril de 2023, Gema Adrover Ruiz y Proyecto Guayabacherry en la Finca Loma Linda, ubicada en Mayagüez, sembraron el sexto árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra roja de la altura colindante con Las Marías acoge El San Bartolomé, también conocido como árbol de lija, sembrado en honor a las salvajes artes vivas independientes en Puerto Rico, cuya persistencia es tan tenaz como la de las rugosas hojas del San Bartolomé.

Escrito por Kisha Tikina Burgos Sierra, Crudo 69 es una colección de piezas breves para la escenificación de carácter experimental, tanto por sus tramas y contenidos –que oscilan entre lo visceral y lo simbólico, entre la carne y la abstracción, entre lo vivido y lo ansiado– como por sus filosas acotaciones y sus formas concentradas, galopantes. Los textos seleccionados constituyen el precipitado alquímico de un agujero de dolor y creación que la autora acompañó con escritura diaria a lo largo de un año, inspirada por el equivalente ejercicio de la dramaturga afroestadounidense Suzan-Lori Parks. 

Nativo de la zona este de Puerto Rico, de Vieques y Culebra, y de las Islas Vírgenes, el San Bartolomé es un árbol de crecimiento mediano, tenaz en entornos secos, con hojas ovaladas de textura rugosa (de ahí su nombre común “árbol de lija”). Como muches de lxs personajes en Crudo 69, junto a su apariencia agreste, el San Bartolomé también explota en cúmulos de flores acampanadas de color anaranjado intenso. Su rara belleza deslumbra. En atención a su procedencia nativa, Proyecto Guayabacherry escogió para sembrarlo el lugar más al este y con mayor drenaje de la Finca Loma Linda.El San Bartolomé comienza así su transformación salvaje. El San Bartolomé crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

SÉPTIMO: La Malagueta x La piedra es una sombra que da vida: prosa selecta (2017-2022)

Urbanización Alturas de Joyuda, Cabo Rojo

El 30 de noviembre de 2023, en la urbanización Alturas de Joyuda, ubicada en Cabo Rojo, Beatriz Llenín Figueroa sembró el séptimo árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra arenosa característica de las lomas costeras de Cabo Rojo acoge La Malagueta, árbol nativo de nuestra región antillana con una larga historia de aromáticas capacidades curativas.

La piedra es una sombra que da vida es una colección de piezas en prosa impulsadas, según el comentario en la contraportada del libro, por “el compromiso y la pasión por el presente, a un tiempo desolador y sublime, de las islas puertorriqueñas, sus ecosistemas y su animalia.” Se dice también que su autora, Beatriz Llenín Figueroa, “nos ofrece un réquiem y una carta de amor, un canto de cisne y la renovación de la utopía insobornable.”

La Malagueta, que crece a ritmo tan lento como profundo, acompaña con sus propiedades analgésicas y anestésicas los dolidos y esperanzados textos e imágenes reunidos en La piedra es una sombra que da vida. Su tronco de tiras de colores es tan hermoso como las hojas elípticas, brillosas, firmes, embriagantes, de las que emerge la sustancia del alivio para dolores de cabeza, malestares musculares, catarros, picadas de insectos, afecciones espirituales y más… Que el libro sea un sobito con alcoholado de malagueta, uniéndose a la larga, olorosa tradición puertorriqueña y antillana de la que la autora se siente parte por vía de su abuela materna, a quien nunca le faltaba el alcoholado. La Malagueta comienza así su preparación para regalar alivio. La Malagueta crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

OCTAVO: El Limón x ¡Juntes por la justicia climática! / Together for Climate Justice!

Urbanización Alturas de Mayagüez, Mayagüez

El 10 de enero de 2024, en la urbanización Alturas de Mayagüez, ubicada en la “Sultana del oeste,” Sonia Bartolomei Suárez sembró el octavo árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra roja y densa donde nuestra Cordillera Central desemboca al oeste acoge El Limón, árbol nativo de regiones asiáticas que su cuidadora deseaba reemplazar en su patio tras la pérdida de un limonero previo por el huracán María. 

¡Juntes por la justicia climática! / Together for Climate Justice!, relato infantil escrito a muchas manos, ilustrado por Mabette Colón Pérez y bilingüe en español e inglés, cuenta la historia de Maya, quien, junto a varies amigues, se lanza a una travesía hacia el sur desde Portland, Oregon, para aprender sobre la justicia climática. De paso, descubre las íntimas conexiones entre el movimiento por la justicia climática y aquellos por la justicia racial, económica, migratoria y para los pueblos originarios. 

Las aromáticas propiedades nutritivas, curativas y estéticas del Limón se extienden del interior del fruto a su cáscara e incluyen el azahar de sus hojas y flores. El árbol se hace eco de las premisas de justicia sobre las que aprenden Maya y sus amigues en el libro que honra. Como los movimientos sociales que ¡Juntes por la justicia climática! / Together for Climate Justice! destaca, el limonero muestra sus espinas en lucha para proteger la vida resistente de su tronco y el regalo de sus frutos.El Limón comienza así su viaje más al sur. El Limón crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

NOVENO: La Retama San José x Será otra cosa (2016-2022)

Urbanización Cambridge Park, Río Piedras

El 17 de febrero de 2024, en la urbanización Cambridge Park en Río Piedras, Vanessa Vilches Norat y Gil Rivera sembraron el noveno árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra suelta de intenso marrón en nuestro Río Piedras de estudio y rebelión, acoge La Retama San José, hermosa especie endémica de nuestro país que, según su variedad, florece de diferentes colores. Ésta lo hace de un rojo oscuro.

Será otra cosa (2016-2022) reúne una selección de textos originalmente publicados en la sección del mismo título del semanario puertorriqueño Claridad por sus autoras Rima Brusi-Gil de Lamadrid, Sofía Irene Cardona, Beatriz Llenín Figueroa, Mari Mari Narváez, Ana Teresa Pérez-Leroux, Vanessa Vilches Norat, Claudia Becerra y Zahira Cruz Gómez. En el libro, como bien ha dicho Laura Pérez Sánchez, “tenemos la rara oportunidad de reencontrarnos con las inquietudes y las aficiones, con los temores y las esperanzas que nos acompañaron durante estos años críticos. La inmediatez o cercanía de los escritos a tantos eventos que nos han marcado nos permiten revivir, a través de la mirada de las autoras, detalles importantes que, con el tiempo —y, tal vez, por simple supervivencia— tendemos a olvidar.” 

La deslumbrante belleza florecida de la Retama San José, que, además, convoca como polinizadoras a las urgentes abejas, se manifiesta durante los primeros meses de cada año. La cualidad vascular de sus tallos, la pequeñez de sus hojas y flores, y la escala modesta de su crecimiento en forma de copa destellante bien reflejan características definitorias del trabajo de las escritoras puertorriqueñas cuyo libro este árbol honra. La Retama San José comienza así su viaje de luz y color. La Retama San José crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

DÉCIMO: La Acerola x serie de publicaciones de la Puerto Rican Arts Initiative (PRAI) II

Urbanización El Vedado, Hato Rey

El 17 de febrero de 2024, en la urbanización El Vedado en Hato Rey, Sofía Gallisá Muriente, nibia pastrana santiago, Teresa Hernández y Eduardo Alegría sembraron el décimo árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, el entorno de un cuidado, hermoso y, en nuestro país, raro parque urbano, acoge La Acerola, originaria de América Central y extendida en el Caribe y las zonas tropicales de América del Sur. 

Los libros Observatorio de lagunas: notas de campo (Sofía Gallisá Muriente), coreografías del weather o el clima también es rumor (nibia pastrana santiago), quienes tajan mar: registro de una práctica artística andariega (Teresa Hernández) y Voces en el matorral: otro Poblado (Eduardo Alegría) testimonian prácticas artísticas experimentales y contestatarias que nos invstigan, nos piensan y nos crean el archipiélago en ámbitos musicales, performáticos, dancísticos y visuales. Específicamente, recoge las prácticas que dichxs artistas impulsaron en colaboración con muchas otras personas durante dos años de trabajo becados por la Puerto Rican Arts Initiative. 

El alto contenido de vitamina C de La Acerola, que nos vigoriza el cuerpo para prevenir y encarar mejor la enfermedad, es también lo que recibimos con el estudio de estos libros. Con su capacidad de fructificar varias veces el año, regalando varias propiedades medicinales, La Acerola, como el arte que no pacta con el poder, nos recuerda la bondad y valentía de las plantas, tanto como de la imaginación.   La Acerola comienza así su viaje vital. La Acerola crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

UNDÉCIMO: El Árbol de María (Mariá) x La niña y la mosca

Finca Guatibirí, Casa Natura, San Germán

El 4 de mayo de 2024, en la Finca Guatibirí y junto a su Casa Natura, Yarilis Torres Casañas sembró el undécimo árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra sangermeña de tan densa historia en nuestro país acoge El Árbol de María (Mariá en su nombre Arawak originario), nativo de nuestras Antillas y de significativa presencia en las islas puertorriqueñas. Gracias al compartido conocimiento de nuestra maravillosa etnobotánica María Benedetti, sabemos que el Árbol de María “es muy tolerante de suelos pobres, así que se valora mucho para reforestar bosques erosionados, de poca fertilidad. Su copa redonda y siempre verde, sus hojas ovaladas y duras, y los alegres frutos (bolitas) parecidos a ornamentos navideños hacen que este árbol luzca muy atractivo. […] En los bosques de Puerto Rico, este árbol se identifica fácilmente por sus hojas y su corteza escamada con canales, parchos y verrugas oscuras. Desde los taínos –quienes usaban la madera del mariá para sus canoas–, nuestrxs abuelxs valoran este árbol por su valiosa madera. Tiene la fuerza necesaria para servir como mástiles, quillas y armaduras de veleros, escalones de mucho tránsito, armazones de edificios […] muebles y ebanistería fina. Medicinalmente, el aceite de sus semillas trata enfermedades de la piel. Su resina, conocida como ‘bálsamo María,’ cicatriza heridas abiertas. En sahumerios o tomada en teses (con o sin sus flores), esta resina también cura condiciones respiratorias. Las decocciones de la corteza alivian enfermedades hepáticas.”

La niña y la mosca, relato infantil de la escritora costarricense Ileana Contreras Castro e ilustrado por la artista —también costarricense— Vicky Ramos,cuenta la historia de una entrañable, inusual y trasformadora amistad entre la niña Engracia y la mosca Pandora. Como Carolina Hidalgo Delfino comenta, en esa relación, “la aceptación y la ausencia de juicio crean magia para compartir danza, lectura y aventuras.” Bien podríamos, a partir de la lectura de este título que forma parte de nuestra serie Otra escuela, reconsiderar la relación con seres vivos que nuestra especie habitualmente desprecia, como es el caso de las moscas. Al leer este relato y compartirlo con nuestres niñes de todas las edades —idealmente bajo la magnífica sombra del Árbol de María—, ya no podremos descartar mosca alguna, literal o metafórica, pues ninguna vida es desechable.    

El Árbol de María se hace eco de las premisas de inclusión, apertura y trato justo y equitativo que caracterizan el comportamiento de Engracia. En una simbiosis que reproduce amor y vida, sus semillas alimentan murciélagos y otros seres vivos, mientras se abre a la polinización de abejas y otros insectos. El Árbol de María comienza así su viaje. El Árbol de María crece. Vive. Alberga secretos de futuro.

DUODÉCIMO: El Árbol de María (Mariá) x Blanco Temblor

Finca Guatibirí, Casa Natura, San Germán

El 4 de mayo de 2024, en la Finca Guatibirí y junto a su Casa Natura, Yarilis Torres Casañas sembró el duodécimo árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra sangermeña de tan densa historia en nuestro país acoge otro Árbol de María (Mariá en su nombre Arawak originario), nativo de nuestras Antillas y de significativa presencia en las islas puertorriqueñas. Gracias al compartido conocimiento de nuestra maravillosa etnobotánica María Benedetti, sabemos que el Árbol de María “es muy tolerante de suelos pobres, así que se valora mucho para reforestar bosques erosionados, de poca fertilidad. Su copa redonda y siempre verde, sus hojas ovaladas y duras, y los alegres frutos (bolitas) parecidos a ornamentos navideños hacen que este árbol luzca muy atractivo. […] En los bosques de Puerto Rico, este árbol se identifica fácilmente por sus hojas y su corteza escamada con canales, parchos y verrugas oscuras. Desde los taínos –quienes usaban la madera del mariá para sus canoas–, nuestrxs abuelxs valoran este árbol por su valiosa madera. Tiene la fuerza necesaria para servir como mástiles, quillas y armaduras de veleros, escalones de mucho tránsito, armazones de edificios […] muebles y ebanistería fina. Medicinalmente, el aceite de sus semillas trata enfermedades de la piel. Su resina, conocida como ‘bálsamo María,’ cicatriza heridas abiertas. En sahumerios o tomada en teses (con o sin sus flores), esta resina también cura condiciones respiratorias. Las decocciones de la corteza alivian enfermedades hepáticas.” 

Blanco Temblor, pieza dramática de Carola García López, se une a nuestra serie Otra escena. Como indica el comentario en la contraportada, “a medio camino entre el testimonio y la auto-ficción, este texto escénico aborda sin regodeos un tema poco explorado en las letras puertorriqueñas: la salud mental y el sistema farmaco-hospitalario como forma disciplinaria del poder,” afirmando, además, “las tretas de la imaginación y el arte en medio de la desolación.” La publicación incluye también un robusto prólogo de la autora que contextualiza la pieza y sus temas principales en su trayectoria artística, así como dos breves reflexiones sobre el drama desde la perspectiva de la producción teatral (Gabriela Saker) y del pensamiento sicológico (Mayra Nevares). También contiene múltiples imágenes del montaje inaugural (2022) en el Teatro Braulio Castillo en Bayamón, PR.  

El Árbol de María, como el arte en la pieza escénica, es casa dadora de vida. Provee sombra,  refugio, alimento y cura ante la intemperie y los desgarros psicosociales.El Árbol de María comienza así su viaje. El Árbol de María crece. Vive. Alberga secretos de futuro. 

DECIMOTERCERO: El Achiote x ¿Ojos que no ven? Colonialidad y cimarronaje visual en la República Dominicana

Huerto Feliz, Urbe Apie, Caguas

El 16 de mayo de 2024, en el Huerto Feliz de Urbe Apie en Caguas, Erid Rosario, encargado del huerto, la autora del libro, Rosa Elena Carrasquillo y varixs familiares y amigxs sembraron el decimotercer árbol de nuestra iniciativa 1 árbol x 1 libro. Desde entonces, la tierra urbana de Caguas, cuyo nombre nos remite a nuestro pueblo Arawak originario, acoge El Achiote. Como bien indicó Rosa Elena Carrasquillo esa tarde: “La ciencia hoy confirma lo que nuestras abuelas y tías siempre supieron, que los árboles son seres sapientes y sociales. Hoy sembramos un árbol de Achiote, árbol originario de las zonas calientes del Caribe y Centro América. El nombre en español nos viene del Náhuatl, achiotl, que significa ‘tintura roja.’ Indígenas de todas las Américas lo usaban y usan en sus medicinas (como antioxidante, antibacterial, contra la conjuntivitis), en sus comidas y como colorante en sus telas y sus pieles (y también como insecticida).”

¿Ojos que no ven? Colonialidad y cimarronaje visual en la República Dominicana es un robusto análisis del modo en que los imperios español y estadounidense han forjado la visualidad –lo que ve y lo que no– del pueblo dominicano ante el paisaje, la historia, la relación con Haití, el cuerpo y su propio sentido de sí mismo en términos de raza, género y clase. Según se manifiesta en la arquitectura, los libros de texto, los museos y otros artefactos socioculturales, la autora desmenuza el pernicioso alcance de la colonialidad visual, de la que han sido cómplices las élites dominicanas y los sectores ultranacionalistas de derecha. Al mismo tiempo, sin embargo, insiste en que esa visualidad nunca ha sido absoluta, pues la resistencia se ha manifestado en múltiples formas de cimarronaje visual mediante movilizaciones populares, cuestionamientos de la mirada de las élites y producciones artísticas, sobre todo por parte de activistas y artistas afrodominicanes. Por si fuera poco, a lo largo del libro se establecen múltiples conexiones con el parecido devenir puertorriqueño, sujeto a los mismos imperios y hogar de hermanas resistencias cimarronas. 

El Achiote, como árbol originario de nuestra zona que nos hermana con la ancestralidad indígena y sus vigentes formas de resistencia, nos colorea de rojo aquello que debemos aprender a mirar: la visualidad cimarrona de nuestros países. Es la cura contra las bacterias imperiales, removiéndonos la conjuntivitis que nos impide ver nuestra fuerza y nuestros vínculos caribeños. El Achiote comienza así su viaje. El Achiote crece. Vive. Alberga secretos de futuro.